Hablar de dietas es un recurso fácil

La cocina sana siempre ha estado de moda, ya que nuestra dieta mediterránea está reconocida como un tipo de «dieta ideal» por la OMS.

Pero quizás hoy el estilo de vida saludable haya conseguido una dimensión social y un interés que jamás había tenido.

Cada vez encontramos más libros de recetas de cocina saludable, escritos por personas populares y líderes de opinión.

Nos recomiendan recetas deliciosas y fantásticas dietas para adelgazar en poco tiempo y sin mucho esfuerzo. Aunque como pasa con muchos gurús, sus infalibles recomendaciones no siempre son las mejores, ya que perder peso de forma rápida es un peligro.

De hecho, entre los libros más vendidos se encuentran los de recetas de cocina sana y los de dietas para perder peso. Es como una pornografia socialmente admitida.

¿Cómo puede hablar y menos aún sugerir sobre nutrición una persona deficientemente nutrida?

Pero cada vez más, la gastronomía se convierte en un recurso fácil y asequible para quedar bien socialmente. Es como si cualquier aficionado al deporte pudiera convertirse en entrenador.

No llego a entender cómo tanta gente es capaz de dar consejos sobre comida saludable, cuando muchos no tienen ni interés ni conocimiento sobre el mundo de la cocina.

Hay que tener en cuenta que cualquier dieta para adelgazar debe garantizar que recibes todos los nutrientes necesarios. En caso contrario las consecuencias pueden ser fatales.

Quizás la respuesta más inmediata sea que, en mayor o menor cantidad, mejor o peor, todos comemos.

Comer no sólo es una necesidad básica.

Debe quedar claro que comer es una necesidad básica. Es la energía que necesitamos para seguir en marcha y desarrollar todas nuestras funciones vitales. No podemos vivir sin comer, alimentándonos del sol o del aire.

Pero comer es algo más que seguir una dieta e ingerir alimentos para conseguir esta energía. Sino bastaría con alimentarnos de una papilla de nutrientes y dejar de preocuparnos por aprender a cocinar.

La cocina es una parte fundamental de nuestra cultura. Es algo más que unas pastillas, unos batidos equilibrados o un «delivery«.

Comer es parte del patrimonio de una nación como puede serlo el arte.

Aunque no cabe duda que para disfrutar de la buena cocina, se requiere cuidar la salud y mantener la actividad física, para no convertir una experiencia gastronómica en un calvario.

La información «gastronómica» es poder

Aunque hoy podemos obtener mayor cantidad de documentación respecto a las virtudes y defectos de los alimentos, el marketing gastronómico esta alcanzando límites insospechados.

Pero un exceso de información y a veces su escaso rigor, facilitan la creación de mitos y leyendas que dan «gato por liebre«.

Los creativos olvidan la ética y su compromiso con la verdad cuando hablan de cocina sana. Son capaces de engañar con ingenio y habilidad prometiendo cubrir las necesidades alimenticias de algunas capas de la población.

En muchos casos son capaces de atribuir propiedades milagrosas a productos que están lejos de tenerlas. O transformar bajo intereses económicos, cualquier producto en una panacea para la salud.

¿A quién no le interesa una dieta que permita adelgazar en menos tiempo?

Estas tendencias y modas son absorbidas como un estilo de vida por una parte de la sociedad, contribuyendo a una confusión generalizada.

Antes de empezar a seguir una dieta hay que estar muy seguro de dos cosas

• Primero que no es perjudicial para tu salud
• Que realmente sirva para perder peso

Las modas del Marketing Gastronómico

Estamos en un mundo de modas y el mundo de la cocina no permanece ajeno a las apariencias

Para la mayoría de la sociedad vales lo que eres capaz de aparentar sin necesidad de saber.

Entre muchas tendencias podemos encontrar los populares batidos detox.

Un tipo de alimentos que aseguran superar los excesos provocados por las fiestas navideñas y prometen una excelente operación bikini en primavera, reduciendo la grasa corporal.

Entre este panorama tan «sano y saludable» que nos tortura diariamente, podemos encontrar un segmento de mercado que ha sido cautivado por este tipo de marketing gastronómico agresivo.

Obviamente, la obesidad se relaciona con problemas de salud y no es deseable, pero no lo hacemos por eso

En estos últimos años, ciertos grupos de población se preocupan más por su imagen física, que por disfrutar de la experiencia de la comida. Incluso en muchos casos mediante dietas para perder peso poco recomendables.

Estas dietas tan agresivas prometen un fantástico aspecto exterior. Pero generan unas obsesiones alimenticias que los convierten en compulsivos compradores y seguidores de este modelo de comida saludable.

Somos capaces de dejar de comer ciertos alimentos simplemente porque alguien nos lo ha dicho.

Cuando existe un interés, asustar en muy fácil. Y a pesar de que la nutrición de la sociedad va mejorando, las dietas milagro fraudulentas y los productos dietéticos también van creciendo

10 consejos de alimentación saludable que cualquier persona te puede dar

Pero la realidad se trata de verdades y conclusiones obvias, que todos conocemos o hemos leído.

• Convierte las frutas y verduras en los ingredientes básicos de tu compra.
• Reduce el consumo de carne, especialmente carnes rojas y procesadas
• Aumenta el consumo de fibra alimentaria en tu dieta
• Acostúmbrate comer al menos 1/2 kg de frutas y verduras diarias
• Consume gran cantidad de alimentos con compuestos azufrados para combatir el cáncer.
• Procura no acompañar los alimentos con exceso de grasas.
• Combina diferentes tipos de cocción
• Evita las cocciones excesivamente largas para no perder valor nutricional de los alimentos
• Procura acceder a productos frescos, de temporada y si pueden ser ecológicos y de proximidad
• Innova en las recetas de cocina.

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